"La
noche boca arriba" y "El sur" son dos cuentos cortos que tienen
una similitud: tratan acerca de la posibilidad de un cambio de destino mediante
la ficción, a través del desdoblamiento de los protagonistas. En este trabajo
se compararan ambos escritos y se analizaran de forma tal que quede en claro
cuáles son los procedimientos que utiliza el autor para generar la duda y
la ambigüedad en el lector. Acerca de la "verdad" de la historia.
En el
comienzo de “La noche boca arriba” se nos presenta un personaje que conduce una
moto en una ciudad, en una época reciente. El narrador a lo largo de este viaje
va describiendo lo que este personaje observa, hasta ahora con total normalidad:
“En la
joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez […] El sol se filtraba
entre los altos edificios del centro”.
Ya desde el principio se presenta un
narrador ambiguo que relata desde el personaje, pero en tercera persona, como
si estuviera hablando de alguien más. Se produce una confusión en el lector, ya
que el narrador se mezcla con la voz del personaje y por momentos no sabe quién
está hablando.
“Preguntó por
la mujer, tratando de dominar la náusea que le ganaba la garganta. Mientras lo
llevaban boca arriba hacia una farmacia próxima, supo que la causante del
accidente no tenía más que rasguños en las piernas. <<Usté la agarro
apenas, pero el golpe hizo saltar la máquina de costado>>.
Poco después, el personaje sufre un
accidente con su vehículo y es internado. Una vez acostado, las imágenes
sensoriales empiezan a jugar un rol muy importante. El accidentado está
constantemente dormido o cloroformado y permanentemente sintiendo olores, que
son los que empiezan a trasladarlo a la otra realidad:
“Estaba lleno
de olores y él nunca soñaba olores. Primero un olor a pantano, ya que a la
izquierda de la calzada empezaban las marismas [...] pero luego cesó y en
cambio vino una fragancia […] como la noche en que se movía huyendo de los
aztecas”
A esta altura el personaje se
encuentra en la otra realidad, miles de años atrás, en las guerras floridas
entre aztecas y motecas. Esta repentina transición produce una sensación de
desorientación en el lector.
En “El sur” se encuentran bastantes
similitudes con “La noche boca arriba” como asi también grandes diferencias.
En “El sur”
el personaje principal, llamado Juan, se encuentra también en una época no muy
lejana (1939) y también sufre un accidente con una puerta por el cual tiene que
ser internado en un sanatorio.
El protagonista es presentado con
dos linajes; uno alemán, aburrido, con su antepasado pastor de la iglesia, y
otro argentino, con un antepasado guerrero, asesinado por los indios. Juan,
había elegido a este último para identificarse, al gaucho, digo de Martin
Fierro.
“Juan
Dahlmann eligió siempre el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica.
Un estuche con el daguerrotipo de un hombre, inexpresivo y barbado, una vieja
espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas.”
Luego de estar internado varios días
y después de varios procesos de curación, el cirujano le dice que dentro de
poco podrá irse a convalecer a la estancia. De aquí en adelante podemos
considerar que Dahlmann empieza a soñar y a trasladarse a la otra realidad, ya
que ¿Cómo sabría el cirujano sobre la estancia de Juan? Luego de esto también aparece
la siguiente oración, que funciona como pauta de lectura, es decir, nos dice
cómo debe leerse el cuento a partir de acá. Habrá simetrías (las muertes) y
anacronismos (el viaje al pasado).
“A la
realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos.”
Luego de esta oración, todo lo
relatado es fantasía y ya, del lado de la otra realidad. El lector otra vez se
encuentra confundido y no sabe con seguridad que le sucede al protagonista. A
lo largo de la historia se encuentran cosas sin sentido, como si fueran pistas
de que Dahlmann no está ahí, sino que está todo en su cabeza:
“[…] lo distrajo el
inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la
estación de siempre sino en otra.”
También se presentan claves autobiográficas
como por ejemplo, que Borges, el autor, tuvo una infección generalizada de la
cual se salvó, a Dahlmann le ocurre lo mismo y también se puede ver como razón de
sus imaginaciones.
Dahlmann, luego de bajarse del tren,
llega a ese lugar tranquilo, hermoso que su antepasado le recordaba. Más que un
viaje al sur, había sido un viaje en el tiempo para el. Al llegar, se adentra a
una pulpería en la que un borracho lo reta a una lucha con puñal, a muerte, también
haciendo referencia y terminando como su antepasado argentino, con una muerte
deseada y soñada.
En conclusión, en ambos cuentos se
produce una ambigüedad en el lector y hace sentir a este desorientado. Los
autores utilizan diversos procedimientos para producir esto, ya sean analogías,
simetrías o anacronismos. Se produce siempre el traslado del personaje hacia
otra realidad de una manera confusa y a veces inexplicable. También, en los dos
relatos, se pueden encontrar simetrías entre las dos realidades. En el de Cortázar,
se pueden encontrar en las descripciones que hace el protagonista de los
objetos que ve cuando se encuentra en la guerra azteca y también la relación de
los objetos entre cada realidad, en la guerra el cuchillo, en el cirujano, un
bisturí o una inyección. En el relato de Borges, se diferencia en que, a partir
de un determinado momento, todo lo que se empieza a relatar es pura fantasía,
con pistas que va dejando el autor, para que el lector se dé cuenta, como por
ejemplo, las cosas sin sentido que algunos personajes dicen, como el encargado
del tren que sabía su nombre, o la relación entre el mozo del almacén y el
medico del sanatorio.