El monstruo
(Continuación)
Luego de que el cuendú
fue trasladado al zoológico, el público aumentó de a montones. Todos le sacaban
diez fotos cada uno y los guardias del zoológico no permitían el flash en las
cámaras ya que estas alteraban al animal. La gente seguía concurriendo solo
para ver al ser extraño. Todos los demás animales no atraían la atención de
nadie.
Pero una tarde llego al
zoo un fotógrafo profesional que también estaba interesado en el cuendú. Con su
cámara profesional y todo el entusiasmo no vio el cartel que decía que no se
podía sacar fotos con flash, así que el hombre preparó la cámara y sacó la foto
con un flash cegador que cegó a toda la gente durante unos segundos, incluso el
fotógrafo mismo. Cuando todos recuperaron la vista, el animal ya no estaba
allí, había escapado del zoológico -¡Oh, por dios, el animal ha escapado! –
dijo el fotógrafo.
Debido a toda la fama
que atraía el ser, lo empezaron a buscar de inmediato. Lo buscaron por las
calles, por las casas, por los basureros, por toda la ciudad.
- ¿Dónde estará este animal tan extraño? – se preguntó
un ciudadano un poco asustado.
Hasta que, después de una semana de búsqueda… Un
guardia lo vio en la puerta del zoológico y gritó - ¡Atraparé a este cuendú
aunque sea lo último que haga! –.
Y enseguida
el guardia se fue a las corridas para tirársele encima y para finalmente devolver
al animal al zoológico. Pero el cuendú se sintió atacado y desenfundó sus larguísimas
y venenosas púas y mató al guardia del lugar. Finalmente el extraño ser salió
del zoológico por la puerta principal y desde ese día nunca más se lo volvió a
ver.
FIN
