El uso de la argumentación en Medea
La tragedia griega es un texto
basado en la mitología de la antigua Grecia. Comienza en una situación de paz y
prosperidad, hasta que en un momento dado, como en la tragedia de Shakespeare,
se produce un desequilibro, producto del error humano. En este caso de Jasón,
que abandonara a Medea para casarse con Glauce, una princesa griega.
En este trabajo se analizará el uso de la argumentación del y el modo en que la protagonista avanza y convence a los demás personajes a lo largo de toda la obra para conseguir sus propósitos de venganza.
El conflicto tiene su origen en el texto griego “Jaso y los argonautas” en el cual Jasón traiciona a Medea, quien lo había ayudado a encontrar el vellocino de oro. Desde el comienzo de Medea, de Eurípides, el personaje principal nos demuestra que lo único que quiere cobrar es venganza sobre Jasón por todo lo que este le ha hecho:
Medea: “¿No veis como mi esposo se
porta después de que un gran juramento a los dos nos ligó? ¡Ojala que a su
novia con él pueda ver destrozada y lo mismo el palacio también por la ofensa
que juntos me hicieron los dos!
Sin
embargo, el coro, formado íntegramente por un grupo de mujeres, actúa
constantemente como un cómplice silencioso al escuchar los verdaderos planes de
la heroína, Medea, ya que esta les transmite a las demás mujeres su faceta más honesta
y sus verdaderos planes de vil venganza contra Jasón.
El carácter
de Medea va evolucionando y cambiando a lo largo de la historia ya que en el
primer dialogo de la obra, con Creonte, ella se muestra como una mujer
inofensiva que apela a la Patria y al sentimiento de padre de Creonte para convencerlo
de quedarse un día más en las tierras de Corinto, para planear su escarmiento.
En este primer dialogo, se muestra la parte más manipuladora de la heroína ya
que al mostrar esta mascara social que utiliza con Creonte y los demás personajes,
es capaz de llevar a cabo sus planes de forma exitosa.
Al hablar por primera vez con Jasón, ella utiliza la argumentación de forma que le recrimina todos sus hechos y le expresa todos sus verdaderos sentimientos e intenciones de venganza, llevados por la pasión, por lo que Jasón trata de defenderse y ordena su destierro. La situación torna un giro inesperado en su segundo dialogo con Jasón, ya que Medea utiliza la argumentación de forma manipuladora haciéndole creer a Jasón que quiere disculparse y arrepentirse de todo lo dicho anteriormente y apelando al amor de padre. Gracias a esto, la heroína es capaz de darle los regalos envenenados que luego llevarían a cabo su plan exitosamente.
Finalmente, en el epilogo, donde toma lugar el tercer y último dialogo con Jasón, la heroína, y ya asesina, se muestra tal cual es y ve mucha satisfacción en las atrocidades cometidas. El padre, desesperado y lamentado discute con ella, que, en contraparte con el segundo dialogo, no se muestra arrepentida en absoluto por el asesinato de sus dos hijos y de la Espasa de su enemigo. Su plan estaba completo, venganza y soledad eterna para Jasón.
Medea: “Ve a casa, que a tu esposa debes enterrar ya”
Medea: “Ellos (sus hijos) no viven
ya; te dolerá mucho ello”
En
conclusión, a lo largo de la historia podemos observar como la heroína adquiere
muchos tipos de personalidades e ideologías, que llevaran a cabo su plan
principal. La premisa de este mito griego difiere con el rol literario de la
mujer al que estamos acostumbrados. En cuanto al amor y la traición tradicional,
nos tiende una trampa, a los lectores y a los personajes mismos, al no poder
prever las macabras intenciones de la heroína. La manipulación y la máscara
social previamente mencionada son el factor principal de que Medea pueda
vengarse exitosamente.